9 jun 2018

El Julan grabados rupestres



Centrándonos en el tema de los grabados, tras la primera visita infructuosa en su búsqueda realizada por Aquilino Padrón, acompañado del pastor Francisco González en 1870, posteriormente (1875) este último descubre los mismos y conduce al lugar al presbítero Padrón, el cual dejó la siguiente descripción

"Del borde de la explanada en que estuvimos la vez primera, donde el teneno se deprime con rápido declive hasta el mar, parte una corriente o convexidad de escorias basálticas que se prolonga como unos cuatrocientos metros en la misma dirección hasta perderse uniformándose con el suelo pedregoso e irregular que le subsigue. En toda su longitud, a distancias más o menos cortas, como sin guardar relación entre sí, y sólo donde la lava presenta algunas facetas planas y lustrosas con un ligero barniz producido por el enfriamiento que sobrevino a su formación plutónica, se ven grupos de dos, tres, y más caracteres de extraña apariencia, que, en mi poco saber, los refuté como signos primitivos escriturales o numéricos de una época remota".

"En 1874, don Gumersindo Padrón vino a aumentar el caudal de estos conocimientos, descubriendo a poca distancia de la anterior inscripción, otra coniente de táva sobre la cual aparecían grabados otra multitud de signos".



CLASIFICACIÓN 

Haciendo una clasificación de los mismos encontramos por una parte:
- Inscripciones alfabéticas líbicas (que se encuentran además en otros lugares de la isla), y sobre todo,
- Grabados geométricos compuestos por círculos aislados, partidos por uno o más diámetros o tangentes, trazos sinuosos, "herraduras", ... Estos motivos forman, generalmente, paneles muy complejos, algunos de varios metros de largo.

M. Hernández Pérez para su estudio y mejor localización, denomina a cada uno de los conjuntos de grabados con el nombre de Los Letreros, los más cercanos al Tagoror y Los Números al otro grupo, situado a unos 500 mts. al Norte del conjunto anterior.

No obstante, los pastores de la zona los denominan indistintamente como Los Letreros o Los Números, sin distinguir uno u otro.

Señalaremos que se trata de dos coladas lávicas, localizándose los grabados en sus dos bordes, siendo el primer conjunto (Los Letreros) más largo y sus paneles de mayores dimensiones y complejidad, clasificándose en total 69 paneles con grabados en el primero y 37 en el segundo

De la primera "Memoria" de los grabados, Sabín Berthelot, remitió los dibujos a la Sociedad Geográfica de París, acompañándola de otras observaciones. Además, a la Sociedad Geográfica de Madrid, en 1877. "En su comunicación apunta el verdadero método para llegar a la solución del enigma; es decir, el estudio comparati va con las inscripciones lapidarias del África".

Publica posteriormente una reseña de los mismos y dibujos en su obra "Antiquites Canariennes". S. Berthelot considera ya la posible pertenencia al tipo de escritura libio-bereber de las inscripciones alfabéticas y relaciona los grabados con el resto de yacimientos de la zona



Podría ser, que las inscripciones líbico-bereberes representaran a la lengua del primitivo herreño, y así en cada una de las islas donde se han hallado las inscripciones, hecho avalado por la existencia del término aborigen "Tarha" que significa "señal para recuerdos", lo que nos llevaría a considerar que se tratara más de "conservar" y "fijar" ciertos hechos, que de transmitir mensajes nuevos y desconocidos.

Por lo que se refiere a su realización parecen hechos a percusión con lascas de piedra, aunque Alvarez apunta que tal vez pudieran ser realizados con punzones de metal. Este aspecto es compartido por M. Hemández, quien teniendo en cuenta la escasez de restos de prismas basálticos apropiados a tal fin en la zona y las características de los grabados, lanzó la hipótesis de que "sus autores que debían de conocer el metal (bronce o hierro) de sus lugares de origen, al romperse los instrumentos traídos y careciendo las islas de metales, tuvieron que adaptarse al nuevo medio, sustituyendo sus armas y útiles domésticos metálicos por otros de piedra",

No obstante, como también señala, ni los cronistas, ni la arqueología, hasta el momento, nos han podido demostrar este aspecto.

Actualmente resulta imposible determinar si los dos tipos de grabados pudieron ser realizados por las mismas personas, aunque hay quien considera que sí, al menos en parte