4 feb 2012

Artesania en El Hierro

En la isla de El Hierro las actividades tanto agrícolas, como ganaderas condicionaron en gran medida esta labor. Antiguamente era una mera tarea cotidiana que no tenía rango comercial debido a que lo que no podían traer de fuera lo hacían ellos mismos para uso común. Fue el aislamiento un factor importante en el desarrollo de este sector puesto que sólo se contaba con los recursos que ofrecía el entorno.

Ya desde la época de los indígenas, materiales como la madera o el barro cocido eran muy comunes en utensilios, y un ejemplo de ello lo encontramos en los relatos del fraile Abreu Galindo que en años posteriores a la conquista comenta: "...su manjar era carne cocida o asada, la cual cocían en gánigos o cazuelas de barro cocidas al sol".
Por otro lado la producción de cereales en la isla a lo largo de la historia ha desarrollado una profunda tradición de cestería, que junto con otras áreas del sector artesanal y unido a técnicas ancestrales que incluían diversos útiles que hoy en día no existen en otras zonas de Canarias o la península, hacen que esta actividad sea parte importante de las tradiciones de la isla.

Como sectores artesanales, el textil, la talla en madera, la cestería en la que se incluye la labor de mimbre y caña así como utensilios de barro y metal, nos dan una visión más certera de su riqueza.

Dentro de éste sector el textil y en concreto la lana ocupa un papel primordial ya que siempre ha estado ligado a la vida de las mujeres herreñas que poseían en su casa un telar y formaba parte de las tareas cotidianas, además el trasquilado del ganado siempre ha sido una fiesta familiar cargada de tradición. Aunque en la actualidad hay muy pocas personas que se quieren dedicar a tales trabajos por la baja remuneración y la dificultad de la actividad.

Además de los telares, aunque con menos entidad, se realizaban las traperas que pueden ser de lana o algodón y que en sus orígenes era un producto de escasez y necesidad, que se realizaba con restos de telas o ropas viejas.

Dentro del sector textil hay que mencionar la vestimenta tradicional herreña, que aunque en la actualidad forma parte del atuendo de los grupos folclóricos, con anterioridad estuvo vigente durante centenares de años. A través de viajeros que pasaron por la isla se conoce con gran detalle las características de la vestimenta, como fue en el siglo XVIII Juan Antonio de Urtusáustegui, o en el siglo XIX René Verneau y Olivia M. Stone, que inciden en el predominio del color azul en la vestimenta ya que en sus orígenes se aplicaba la tintórea hierba pastel que se cultivó en los primeros tiempos después de la conquista, y cuyo color se ha mantenido hasta la actualidad como el tradicional en la vestimenta; el traje hoy en día es el que se utilizaba "de continuo"(de uso diario).

Destacar la importancia del traje de bailarín, que hasta hace no muchos años, estaban destinados sólo a hombres, con un predominio del color blanco en su indumentaria que se rompe por el rojo de algunos elementos así como el tocado del gorro, una pieza llamativa de vivos colores que se ha convertido en una parte fundamental de la misma.

Otra área a destacar en el sector artesano de la isla es el trabajo de la madera, que ya desde tiempos de los bimbaches se utilizaba como útil, y que fue desarrollado por los nuevos habitantes de la isla después de la conquista, que debido a su complicada orografía, realizaban con este material un palo largo y duro que ayudaba a la rapidez de movimientos sobre todo para los pastores. Surge así el juego del palo que es considerado en la actualidad un deporte autóctono.

La madera de algunos árboles como el pino, el moral, la sabina o el almendro se trabajaban para la creación de muchos utensilios de cocina, herramientas para instrumentos musicales y para la realización de barcas para la pesca.

La cestería es notable en la isla, fundamentalmente de mimbre, y como en los otros elementos sus inicios vienen aparejados por el uso diario de cestos o canastos en la vida diaria desde hace siglos; un ejemplo lo describe la viajera británica Olivia Stone : "Nos cruzamos con una mujer que llevaba una cesta de mimbre a la cabeza y otra con higos de los que nos dio algunos, sin que se los pidiésemos, con una amplia sonrisa".

Su calidad es muy alta, debido a la materia prima de la que esta compuesta, además de por su presentación y utilidad. La cestería de mimbre ha destacado en las áreas de El Pinar, Tigaday, Erese y El Mocanal. Ejemplo de esta actividad la encontramos en objetos como, el serón para colocar encima del burro, la barqueta para portar la uva encima de los animales de carga, cestos, forros, paneras, maceteros...

Por último destacar las labores del barro y el metal. Por un lado en el primer caso, su labor en la isla, se ha centrado en ceramistas y alfareros, los ceramistas en El Monacal y El Pinar, mientras que los alfareros se encuentran fundamentalmente en Erese, Isora y Valverde.

El oficio del barro quedó durante mucho tiempo olvidado, pero desde los años ochenta del siglo XX, se ha levantado una tradición que sí existía en la isla pero no estaba reconocida. Las instituciones públicas ayudadas por las propias mujeres de isla han contribuido a recuperar esta actividad.

Por otro, en el trabajo del metal se pueden observar dos tipos diferentes, en uno el herrero donde buen ejemplo de ello lo encontramos en El Mocanal, mientras que de hojalateros, lo observamos en Sabinosa y La Restinga.

Como en las otras labores, en el metal los trabajos se pueden encontrar en usos cotidianos como el herrar caballos, en las azadas, sachos, clavos, podonas para segar la hierba, hachas, cascabeles para el ganado cabrío, laperos, cuchillas además de útiles para la pesca.