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A finales del siglo XIX la isla continuaba en su secular aislamiento, solo comunicada con el exterior por unos pocos barcos principalmente de vela que arribaban a sus difíciles desembarcaderos.
El comercio en la isla siempre ha tenido un papel secundario que ha perdurado hasta la actualidad, hasta no hace muchos años consistía en el trueque en el que mercaderes de otros lugares llegaban en barco con diversas mercancías que luego las intercambiaban por cereales, vino, queso, ganado y productos agropecuarios.

En el primer cuarto del siglo XX los hermanos Padron Villareal, construyeron en el pozo de la Salud un almacen en la denominada punta del palo, hoy tan solo quedan sus ruinas que amenazan con desaparecer. En este almacen se iba depositando los productos que la zona producía, carbón, vino, queso, fruta e incluso el agua del pozo. Estos productos luego se embarcaban en un pequeño barco carguero o en una falúa que transportaba la carga hacia otros lugares. Sin duda esta forma de comerciar beneficio enormemente a los habitantes de Sabinosa y su comarca que ya no tenían que desplazar sus pesadas cargas hacia otros lugares donde poder embarcarlas, igualmente motivo a sus vecinos a aprovechar mejor sus tierras y ganados con el fin de poder exportar sus excedentes y aumentar asi su precario nivel de vida.
