15 mar 2015

El corazon no se exporta

El corazon no se puede exportar, los sentimientos tampoco.

La isla del Hierro y desde tiempos remotos, no ha sido un lugar facil donde vivir para sus habitantes, por la dificultad que ofrecia su orografia isleña, la escasa permeabilidad de su suelo volcanico para contener el agua de lluvia y por la distancia fisica que le separaba de las islas capitalinas, permaneciendo muchas veces en el olvido para abastecer a sus vecinos de mejores condiciones.

Pero es aqui, donde el Herreño agudizo su ingenio y supo aprovechar con gran inteligencia los escasos recursos que le ofrecia la naturaleza para desarrollar su vida cotidiana, amoldandose al terreno con gran respeto, ya que dependia de este para su supervivencia y recuperando y canalizando la escasa agua que bajaba de las nubes para utilizarla en la agricultura y ganaderia.

El pueblo Herreño siempre ha guardado con gran celo y esfuerzo sus tradiciones, para que con el paso del tiempo no se distorsionen o no se intoxiquen con aportaciones foraneas, que nada tienen que ver con su identidad ni con su sentir, al fin y al cabo son sus propias raices y a el unicamente le pertenecen.

La isla del Hierro es unica, asi su folclore que es parte de sus tradiciones tambien es unico y autentico. En una isla con tanta escacez, poco podian dejar nuestros antepasados en lo material, pero como si fuera el mejor de los tesoros que un padre podria dejar a sus hijos antes de abandonar esta vida, les dejaban los conocimientos necesarios con la promesa grabada en el corazon, de respetarlas y hacerlas respetar siempre, de lo que antaño una y otra vez, generacion tras generacion nuestros padres y abuelos dejaban como el mejor de los legados y para cada habitante de la isla de el Hierro lo era y lo es, su folclore.

Guardado cuidadosamente en la memoria de cada Herreño existen sus tradiciones, sus raices, la identidad de un pueblo que se niega a olvidar o cuanto a menos que se haga un mal uso de ellas.

El folclore herreño no son simples melodias o danzas ejecutadas por divertimento de cualquiera, en cada toque, en cada repicar de chacaras, en cada sonido del pito, va el latir, el corazon de un pueblo que se niega a olvidar su identidad, su pasado y sus raices. Ellos y solo ellos son los legitimos herederos de su patrimonio cultural y etnografico y solo ellos son los autorizados a mostrar al mundo a traves de su folclore su identidad.


Grupo de bailarines de Sabinosa