Como música popular, transmitida de forma oral, podemos encontrar en las letras de las coplillas ciertas similitudes con piezas de otras canciones y de otros lugares (romances), así como otras resueltas a través de singularidades locales y siempre ligadas al baile oportuno o labor -el ara, la recolecta, etc; nótese, por ejemplo, cómo nos recuerdan en el "Romance herreño" que "verde no se arranca el lino ni se cocina amarillo".-, por lo que al inherente valor musical del disco habría que añadirle el de interés antropológico. Pero no se me asuste nadie, que esa labor no corresponde a este lugar.
Así pues, ¿qué encontramos aquí? Pues fundamentalmente son cantos de Valentina, una señora de ya más de ochenta años cuya voz no es mera intérprete sino que es fusión viva de las mismas canciones, y, a su vez, ella misma se acompaña al toque del tambor para marcar el ritmo, tanto de la letra como del correspondiente baile. En otras aparece también su cuadrilla, coros masculinos y femeninos, campanillas, flauta, chácaras... Dos singularidades: “El baile de La Virgen”, bellísima pieza instrumental, sin canto alguno, y “La meda”, cantada únicamente por voces masculinas. Tanto estas como las demás están interpretadas con una viveza y una naturalidad que le atrapan a uno. La expresión “fuerza telúrica” es la que mejor me sirve para definirlo, el de esa isla pequeña pero montañosa.
Este disco, cuyo título completo era "Doña Valentina la de Sabinosa. Cantos y bailes herreños. Folklore de las Islas Canarias", es una obra imposible de encontrar hoy día, pero su mismo contenido ha sido reeditado en CD por el Centro de la Cultura Popular Canaria y sigue estando disponible.
2 Escuchar "Baile del vivo" Valentina la de Sabinosa
3 Escuchar "Romance" Valentina la de Sabinosa